Tener la capacidad de automotivarse a uno mismo es una habilidad muy valiosa que nos puede sacar de frecuentes estados de bloqueo y estancamiento por los que pasamos a lo largo de nuestra vida, momentos en que tenemos la sensación de que algo que nos frena, nos impide seguir actuando y avanzando por el camino que nos gustaría, pero no sabemos identificar de qué se trata. En esos momentos, nos dejamos llevar por la pereza, la apatía y nos vence la procrastinación.
En la sección de colaboraciones con otros profesionales de la salud y el bienestar en general. Os presento desde esta web de consulta de psicología online a Rocío Portero García, psicóloga especialista en psicología clínica. Su experiencia dentro de la psicología es en el ámbito principalmente clínico, así como también en el área de la formación. En este post nos va hablar de como podemos mejorar nuestra motivación desde nosotros mismos. Automotivarnos.
Y la pregunta que nos surge entonces es: ¿cómo permanecer automotivados?
A continuación, trataré de explicaros algunos detalles que nos pueden ayudar a desarrollar esta poderosa habilidad:
Tener un objetivo en mente y escribirlo, plasmarlo en papel si es necesario. Visualizar y concretar una meta clara y por la que tengamos total convicción. Según este paso, lo primero que podemos hacer para auto-motivarnos es definir de forma concreta aquello por lo que vamos a movernos.
El hecho de tenerlo escrito convertirá un sueño abstracto en algo tangible, realista y alcanzable. Es muy importante que el objetivo sea realista, es decir, tener en cuenta y aceptar siempre nuestras limitaciones a la hora de definirlo. De lo contrario, perseguir objetivos “imposibles” llevará a la frustración inevitablemente y, con ello, a una disminución progresiva de nuestra motivación para conseguirlos.
Divide el objetivo final en pequeños desafíos. La satisfacción que nos producirá el proceso de ir logrando esas pequeñas metas, de irnos acercando progresivamente a la meta, nos mantendrá activos e ilusionados. Es una forma de recibir pequeños “refuerzos” que aumentarán tu expectativa de autoeficacia, es decir, tu confianza en ti mismo y tus habilidades para triunfar con las diferentes situaciones que se te presenten.
Además, el hecho de que un objetivo más grande y aparentemente lejano se divida en pasos más concretos y palpables, nos librará de ofuscarnos y sentirnos perdidos en una meta demasiado extensa y distante y nos podremos centrar en acciones inmediatas, sobre las que sí sentimos tener más control y que, además, irán marcándonos un camino a seguir.
Sueña en grande y sé ambicioso. Si apuntas alto siempre tendrás la ilusión de conseguir cosas buenas y seguir mejorando. El conformismo es una trampa mental que solo lleva a la insatisfacción, es reflejo de nuestro miedo a no ser capaces de producir un cambio, de enfrentarnos a lo desconocido e incontrolable.
Además, puede resultarte útil que aquello que quieras lograr lo visualices como un desafío y sientas pasión por conseguirlo, más que un simple deseo. Lo que hagas, hazlo con intensidad, con fuerza.
Compárate solo contigo mismo. La única persona a la que debes superar en la vida es a ti mismo. Define tu camino y tus medios para transitar por él y recórrelo con determinación y sin miedo.
Siempre habrá personas mejores y peores que tú, compararte con ellos es muestra de falta de autoestima y autoaceptación. En vez de concentrarte en lo que otros tienen y tú no, concéntrate en lo que tú mismo tienes y qué puedes hacer con ello de cara a logar tus objetivos. Alcanzar la mejor versión de ti mismo debe ser tu mayor objetivo, el que realmente te dará satisfacción y te mantendrá motivado intrínsecamente.
Piensa en positivo, eliminando los pensamientos negativos. Que tu diálogo interno sea alentador y no trate de castigarte y hundirte por cada error que cometas. Acepta tus limitaciones y lucha por trabajar con tus habilidades y cualidades para lograr tus metas. Disfruta del camino, de la satisfacción de dar cada paso.
Es nuestra mente la que procesa todo lo que ocurre a nuestro alrededor y el sentido que le demos no va a depender de nadie, sólo y exclusivamente de nosotros mismos. Si tratamos de ver las cosas con un tono de positividad y optimismo, nuestro pensamiento y cómo nos sentimos en el mundo que habitamos, dará un giro de 360 grados.
Decidir tener una actitud positiva ante la vida es algo que puede llegar a ser totalmente voluntario. Puedes elegir tener una actitud positiva, que te ayude a crecer, a buscar soluciones y a actuar; o una actitud negativa, que te llevará a pararte, no hacer nada y lamentar el más mínimo obstáculo que se te ponga por delante en tu camino.
Expresa tus metas a tus familiares y amigos cercanos, para sentir cierto compromiso que te ayude a permanecer motivado. De esta manera, en momentos en los que las fuerzas flaqueen, al menos nos impulsará la necesidad de mantener nuestra imagen y ser congruentes con lo que hemos contado a los demás.
Además, el hecho de que personas que son de tu confianza y que te quieren conozcan tus objetivos y metas, también hará que en algunos momentos te puedan ayudar y apoyar, siempre que esté en su mano, tanto de forma material como emocional.
Lleva un diario de tu meta. En este diario puedes escribir lo que has hecho durante el día en relación a tu objetivo, cómo te has sentido, pensamientos de cómo sientes que han ido las cosas, los errores que crees que has cometido y cómo puedes mejorarlos o evitarlos en la siguiente ocasión.
Imagínate consiguiendo tu meta 10 minutos al día. Imagínate, forma una imagen mental lo más clara posible, acerca de cómo será, cómo te sentirás, etc. en el momento en que hayas conseguido tu objetivo. Piensa y recréate en las sensaciones placenteras que aparecerán tras conseguir tu meta.
Ser tolerante y flexible con tus errores: verlos como un modo de aprender. Aceptarse a uno mismo es indispensable para vivir con salud y armonía, con una autoestima equilibrada. Significa ser capaz de aceptar, apoyar y aprobarse a uno mismo, en todas sus facetas, incluso las que no te gusten. Significa no juzgarnos a nosotros mismos. La mejor manera de alcanzar la aceptación de uno mismo es tomar la decisión de acerlo, de aceptarnos incondicionalmente. Aceptarse a uno mismo es un paso fundamental en la adquisición de una autoestima saludable, porque te va a permitir concentrarte en tus cualidades, lo que te gusta de ti mismo y, al mismo tiempo, ser conscientes de tus limitaciones y tratar de cambiarlas y mejorarlas, sin castigarte ni caer en el victimismo.
Tómate un respiro para reflexionar acerca de tus objetivos cada vez que lo necesites, pues te ayudará a recuperar esa motivación intrínseca, recordar de dónde vienes y a dónde quieres llegar, analizar los cambios, los avances, en qué punto del camino te encuentras y cómo continuar.
Este artículo ha sido escrito por mi colega Rocío Portero García, y supervisado por un servidor.
Miguel A. Rizaldos Lamoca
Psicólogo Clínico. Psicólogo online
Tratamiento psicológico online