La palabra «terapia» puede estar cargada de implicaciones. Como consecuencia del desconocimiento sobre la salud mental y su tratamiento (que ayuda a millones de personas), las palabras «terapia» o «psicólogo» se juzgan y estigmatizan, cosa que se interpone en el camino a la curación.
No hay ninguna diferencia entre acudir a un profesional de la salud mental e ir al médico cuando se tiene cualquier otra enfermedad. Existen investigaciones que demuestran que ir al psicólogo es una de las mejores maneras de tratar los trastornos relacionados con la salud mental. Es una manera muy recomendable de pasar por los momentos difíciles o de presión que pueden estar causando estrés.
Los psicólogos pueden proporcionar a sus pacientes las herramientas necesarias para sobrellevar su condición. Es perfectamente razonable ir al médico por una enfermedad física. ¿No debería pasar exactamente lo mismo al acudir a un especialista por un problema de salud mental?
Lo importante, después de todo, es estar sano. Y estar sano incluye cuidar la mente. Con el objetivo de desmitificar el proceso de ir al psicólogo, aquí tienes una lista con nueve cosas que todo el mundo debería saber sobre la terapia.
1. No hay que avergonzarse de ir al psicólogo
Todo el mundo experimenta episodios de estrés o de tristeza. Pero cuando esos sentimientos se convierten en algo demasiado abrumador los psicólogos pueden ser de gran ayuda para recuperar el control. No hay nada humillante en buscar ayuda.
«Hablar de tus problemas con alguien puede ser muy útil. Aporta otras perspectivas», explicó al HuffPost Gregory Dalack, jefe del departamento de psiquiatría de la Universidad de Michigan.
«Y hablar con alguien que está preparado para comprender la ansiedad y la depresión puede ser más útil aún para ayudarnos a gestionar esos síntomas, a delimitar los pensamientos negativos que tendemos a tener y a trasladarnos [mentalmente] a un lugar en el que podamos lidiar con estas dificultades», afirmó.
Incluso la gente que aparentemente tiene una vida bien amueblada a veces necesita un poco de ayuda. Varias personalidades famosas, desde Kerry Washington y Howie Mandel hasta Kate Middleton pasando por Demi Lovato han ensalzado los beneficios de ir al psicólogo.
2. El estigma sigue estando presente
Aparte de que a veces se tiene una percepción negativa de la terapia, el estereotipo hace que mucha gente ni siquiera la considere como opción. De hecho, muchas personas que sufren depresión no buscan tratamiento para su condición de manera activa.
Volvamos al primer punto: no hay nada malo en pedir ayuda.
3. Todos somos diferentes
No hay una solución universal que valga para tratar todos los problemas de salud mental. Hay muchos métodos, desde la terapia de grupo hasta la terapia cognitivo conductual. Que una cosa le funcione muy bien a una persona no significa que le vaya a venir igual de bien a otra.
4. No hay un tiempo estimado de duración de la terapia
La duración de la terapia depende de circunstancias como el nivel de estrés del paciente, las cosas que le sucedan o que se le diagnostique una enfermedad mental.
«Aunque algunos métodos no tienen un final definido, otros se centran en ayudar a gestionar los problemas presentes a corto plazo», explicó Dalack.
5. No, no hay que tumbarse en un diván
Mucha gente tiene la idea preconcebida de que la consulta del psicólogo es tal y como la pinta la cultura pop y hay quien cree que acudir al psicólogo es ir a tumbarse en un diván y a que un hombre con gafas y el pelo gris anote tus secretos más inconfesables. Y, la mayoría de las veces, esa imagen dista mucho de la realidad.
6. A veces se tarda un tiempo en encontrar al psicólogo adecuado
Que alguien haya pasado por las manos de muchos especialistas no significa nada. Ir al psicólogo no es como tener una cita, no pasa nada si no hay química la primera vez. Lo importante es que el paciente consiga la ayuda que necesita.
7. Ir al psicólogo no implica tener un trastorno de salud mental
Ir al psicólogo puede servir de ayuda para todo el que esté pasando por una mala racha, por estrés laboral o presión académica o por problemas familiares o de pareja. No hay nada malo en buscar un poco de apoyo.
8. El psicólogo no tiene intención de cotillear
Por lo menos no de la manera que tú te imaginas. El objetivo de la terapia es alcanzar el desarrollo personal del paciente. Y eso puede implicar que sea necesario hablar de ciertas personas que han influido en su vida, pero de ningún modo se trata de una sesión de marujeo.
9. Ir al psicólogo no tiene por qué implicar tomar medicación. Pero, si hay medicación de por medio, no tiene por qué ser malo
Igual que no todos los que acuden al psicólogo necesitan medicación, no todos pueden gestionar su condición solo mediante la terapia.
Como pasa con muchos tratamientos médicos, el método depende de los síntomas y de las circunstancias. Los psicólogos trabajan con los pacientes hasta dar con el método más adecuado, que puede que incluya medicación o puede que no.
Miguel A. Rizaldos Lamoca
Psicólogo Clínico. Psicólogo online
Hola! El punto 7 es para mí el más importante, desde que aun está muy presente en la sociedad el pensamiento de que ir al psicólogo implica que alguien está mal de la cabeza o tiene problemas serios… Aun hay connotaciones negativas que son aprendidas y no tienen fundamento alguno, mientras que en otros países asistir a terapia es lo más normal del mundo, y está visto como algo sano y casi necesario, como en EEUU.