La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. En resumen, es la percepción que tenemos de nosotros mismos.
La importancia de la autoestima es principalmente que se refiere a tu manera de ser y al sentido de tu valía personal. Por ello, puede afectar a tu manera de estar, de actuar en el mundo y de relacionarte con los demás. Nada en tu manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima.
El psicólogo Abraham Maslow, en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la necesidad de ser aprecido, que se divide en dos, el aprecio que se tiene uno de si mismo, y el respeto y estimación que se recibe de las demás personas.
Pirámide de Maslow: jerarquía de necesidades.
Veamos un ejemplo: La mente de Antonio da vueltas sin parar mientras estudia. «Nunca lograré aprobar este examen de historia -piensa-. Mi padre tiene razón, soy como él —nunca haré gran cosa en la vida». Distraído, baja la mirada y piensa en lo flacas que son sus piernas. «Uf -se dice-. Seguro que el entrenador de fútbol no me deja ni intentarlo cuando vea lo poca cosa que soy».
Julio está estudiando para el mismo examen de historia que Antonio, y tampoco es un amante de esa asignatura. Pero aquí se acaban las similitudes. Julio tiene una actitud completamente diferente. Es más probable que piense: “Bueno, historia otra vez. ¡Vaya palo! Menos mal que me luciré en la asignatura que me gusta de verdad —las mates». Y, cuando Julio piensa en su aspecto, también es mucho más positivo. Aunque es más bajo y delgado que Antonio, Julio es mucho menos proclive a culpar o criticar su cuerpo y es más probable que piense: «Tal vez esté delgado, pero corro bien. Seré una buena incorporación para el equipo de fútbol».
Todos tenemos una imagen mental de quiénes somos, qué aspecto tenemos, en qué somos buenos y cuáles son nuestros puntos débiles. Nos formamos esa imagen a lo largo del tiempo, empezando en nuestra más tierna infancia. El término autoimagen se utiliza para referirse a la imagen mental que una persona tiene de sí misma. Gran parte de nuestra autoimagen se basa en nuestras interacciones con otras personas y nuestras experiencias vitales. Esta imagen mental (nuestra autoimagen) contribuye a nuestra autoestima.
La autoestima depende de en qué medida te sientes valorado, querido y aceptado por otros y en qué medida te valoras, quieres y aceptas a ti mismos.
Las personas con una autoestima sana se sienten bien consigo mismas, aprecian su propia valía y están orgullosas de sus capacidades, habilidades y logros. Las personas con baja autoestima sienten que no gustarán a nadie, que nadie los aceptará o que no son buenos en nada.
Todos podemos tener problemas con nuestra autoestima en determinados momentos de la vida especialmente durante la adolescencia, cuando estamos descubriendo quiénes somos y cuál es nuestro lugar en el mundo. También en la edad adulta cuando pasamos por periodos de críticos de nuestra vida (separación de pareja, perdida de trabajo,…)
La buena noticia es que, como la imagen que tenemos de nosotros mismos va cambiando a lo largo del tiempo, la autoestima no es algo inamovible ni fijo de por vida. Así que, si sientes que tu autoestima no es todo lo alta que debería ser, puedes mejorarla.
Miguel A. Rizaldos Lamoca