La felicidad es una condición interna o subjetiva de satisfacción y alegría. Los psicólogos definimos la felicidad como una medida de bienestar subjetivo (percibido por el propio individuo) que influye en las actitudes y el comportamiento humano. Las personas que tienen un alto grado de felicidad muestran actitud positivo, al mismo tiempo que se sienten motivadas a conquistar nuevas metas.
La felicidad a diferencia de otros hechos relacionados con el bienestar se considera una situación subjetiva y propia del individuo (en contraposición a hechos objetivos en los que diferentes observadores concordarían).
- Más dinero no da la felicidad aunque reduce la tristeza.
Tener coches lujosos, o alojarse en los hoteles más caros del mundo lo tenemos con frecuencia como símil de la felicidad. Consideramos a menudo que los millonarios son las más felices del mundo. Sin embargo, un estudio realizado por «The University of British Columbia» ha roto finalmente este mito al afirmar que el dinero no da la felicidad, sino que –a nivel psicológico- sólo ayuda a sentirse menos desgraciado en el día a día.
Muchas investigaciones anteriores han explorado la relación entre los ingresos económicos y la felicidad, pero ninguna hasta ahora había examinado la relación entre los ingresos y la tristeza. La tristeza y la felicidad son estados emocionales distintos, más que opuestos. La investigación publicada en la popular revista Social psychological and personality science concluye que existe la posibilidad de que la riqueza puede tener un mayor impacto en la tristeza que en la felicidad.Así podemos decir que contar con unos mayores ingresos no ayuda a ser más felices el día a día aunque si está asociado con experimentar menos tristeza.
Estos resultados indican la posibilidad de que el dinero puede ser una herramienta más eficaz para reducir la tristeza que la mejora de la felicidad. Esta teoría coincide con las conclusiones halladas por Elizabeth Dunn, profesora de psicología en «The University of British Columbia» quien, tras varios experimentos, llegó a la conclusión de que aquello que de verdad causa felicidad es usar el dinero para hacer un regalo a otra persona.
- Hablar sobre una experiencia negativa no ayuda a mejorar, escribirla sí.
Más que contarlo verbalmente el coger bolígrafo y papel, o un teclado, y expresar tus sentimientos en palabras es para muchos un alivio emocional, sobre todo cuando se han vivido episodios traumáticos. La escritura sirve en ciertos momentos de la vida como terapia. Esto no es nuevo, numerosos estudios en las últimas décadas lo demuestran. Los psicólogos incorporamos la escritura expresiva como un método de regulación emocional de nuestros pacientes.
Incluso una investigación reciente de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) ha constatado que escribir ayuda, llega a acelerar la cicatrización de las heridas físicas. Elizabeth Broadbent, psicóloga que ha dirigido el estudio ‘Escritura expresiva y curación de heridas en personas mayores’, publicado en Psychosomatic Medicine, asevera que la escritura funciona como cicatrizante cuando versa sobre eventos tristes “o los sentimientos más profundos de la persona”. La explicación a este fenómeno es que “el estrés y la depresión están relacionados con una curación de las heridas más lenta”, dice el informe. “Hasta ahora solo se había investigado cómo se puede reducir ese estrés en personas mayores con ejercicio físico”, continúa el documento que apunta que los achaques de la edad pueden dificultar este tipo de terapia. Sin embargo, “una alternativa factible puede ser la escritura expresiva, que es breve, fácil de administrar y barata”, subrayan los autores. “Creemos que puede ser útil, pero para su aplicación necesitamos testar la escritura expresiva en otro tipo de heridas”, Broadbent.
El profesor de psicología de la Universidad de Texas James W. Pennebaker considera que “escribir de una manera rutinaria es menos beneficioso”. “Es mejor hacerlo cuando te estás sintiendo mal o tienes una herida que sanar”, opina. En un papel o un ordenador, da igual, pero preferiblemente para uno mismo y que el relato verse sobre “cualquier evento o asunto importante en la vida de la persona”.
El profesor desde hace más de 30 años, estudia la escritura como herramienta terapéutica para superar vivencias traumáticas, también tras el atentado del 11 de Marzo de 2004 en Atocha (Madrid). En aquel estudio, publicado junto a Itziar Fernández, profesora en la UNED, y Darío Páez, de la Universidad del País Vasco, en International Journal of Clinical and Health Psychology en 2009, concluyeron que “la confrontación de hechos traumáticos, mediante expresión tanto verbal como escrita, tiene efectos positivos sustanciales en personas con dificultades para verbalizar sus emociones”.
Consejos para la escritura terapéutica del profesor Pennebakbr :
- Busca un momento y lugar en el que no vayas a ser molestado ni interrumpido
- Escribir de forma continua durante al menos 20 minutos
- No te preocupes por la ortografía o la gramática, no importa. Recuerda que lo que escribas es solo para ti
- Escribe sobre algo muy personal e importante. Este es el momento para ello. No te quedes en la superficie, se sincero
- Trata solo de acontecimientos o eventos que realmente pueda afrontar ahora
- Escribir sobre cosas por las que estar agradecido mejora la saluda y la felicidad.
Se trata de escribir una pocos minutos, antes de acostarte, haz una pequeña descripción de todo lo que has disfrutado durante el día. Son las pequeñas cosas que te hallan ocurrido a lo largo del día, en tu trabajo, con tu pareja, con tus hijos, amigos, familia, el paseo que has dado del vuelta a casa, valora tu capacidad para regular tus emociones, o el haberte enfrentado a una situación con éxito, haber ordenado algo que lleva tiempo sin hacer, acabar un informe, sentarte en un banco dándote el sol en la cara, la película que has visto, ese sueño de diez minutos tan reparador después de comer. Lo que sea que te haga sentir mínimamente bien. Anótalo todo. No te llevará más que unos minutos y te sentirás a gusto, tendrás la sensación que el día ha valido la pena y te meterás en la cama muy sereno.
Además, el tener que escribir el diario por la noche, provocará que durante el día estés más atento buscando pequeños placeres para poder escribirlos más tarde. De este modo tu cerebro se estará orientando a las cosas buenas, y a los detalles agradables. Te convertirás como un detector de momentos felices para tener cosas que escribir por la noche. Así si buscas lo positivo, no prestaras tanta atención a lo negativo.
Para llevar una rutina semanal puedes escribir de lunes a viernes: Lunes (cosas por las que dar gracias), Martes (experiencias más maravillosas que tuve), Miércoles (imaginar vida buena en el futuro), Jueves (pensar en alguien importante para ti), Viernes (pensar en 3 cosas que han ido bien la última semana).
- Compra experiencias (vacaciones, cursos, etc.) da más felicidad que comprar cosas.
Un estudio del Journal of Consumer Psychology que asegura que el 57% de las personas consultadas afirmaba haber sido más feliz a partir de las experiencias que de los bienes materiales. Las experiencias generan una huella en nuestra memoria por lo que cada vez que las recordemos podemos disfrutar de lo felices que fuimos.
La felicidad no reside en los bienes materiales que poseemos, sino en todo lo contrario, la clave está en los recuerdos almacenados, al menos a largo plazo. Es la conclusión de un estudio de la Universidad Estatal de San Francisco. Thomas Gilovich, responsable de la investigación y profesor de psicología, afirma que “somos la suma total de nuestras experiencias”, y que “nuestras mayores inversiones deberían dedicarse a crear recuerdos en base a experiencias y vivencias personales”, como los que se generan viajando. El investigador ha comparado la gratificación de viajar con la de comprar cosas: “Las cosas nuevas son emocionantes al principio, pero luego nos adaptamos a ellas”. No es que llame a la lucha contra el consumo: “Se pueden recompensar dos semanas difíciles con un traje nuevo y un anoche de fiesta, pero nuestras mayores inversiones deben ir hacia experiencias que crean recuerdos para toda la vida”.
- Se generoso.
Esta comprobado que es mejor dar que recibir; bastan unos pocos euros o incluso actos de generosidad sin coste. Gastar en los demás da más felicidad que gastar en uno mismo. Investigadores dieron dinero a estudiantes de la University of British Columbia y le dijeron que podían gastarlo en ellos o en otros. Al final del día, aquellos que lo gastaron en otras personas dijeron estar más felices que quienes lo gastaron en sí mismos. Estamos cada vez más convencidos que el altruismo no es un lujo. No es un mero sentimiento noble que aplicamos solo cuando las cosas van bien. Se ha vuelto una necesidad. La cooperación debe de ser preferida sobre la competencia. Las personas altruistas deben cooperar y trabajar juntas. Entonces tendrán la ventaja sobre la gente egoísta que siempre peleará entre si. La falta de generosidad esta relacionada directamente con la baja autoestima que a su vez provoca tendencias materialistas.
- Sonreír ayuda a sentirse feliz.
El profesor de psicología Richard Wiseman en su libro 59 Segundos, en el que ofrece “técnicas escondidas en publicaciones académicas que tienen apoyo empírico, pero que son rápidas de llevar a cabo”. Explica que sonreír habitualmente, manteniendo la expresión unos 15 segundos sonriendo (15-30 seg.), siéntate recto, actúa como una persona feliz. En la vida cotidiana, cuando nos sentimos felices, sonreímos, pero lo opuesto también es cierto, y hay muchos estudios que lo demuestran. Cuando te obligas a sonreír, eso te anima, te hace sentir más feliz. Eso sí, hay que mantener la sonrisa en la cara durante unos 10 a 15 segundos, mantenerla ahí, y hay muchas maneras de hacerlo: puedes forzar una sonrisa…caminar de forma relajada; ser más expresivo al hablar; asentir más durante las conversaciones; llevar ropa más colorida; usar palabras con una mayor carga positiva; usar menos la primera persona del singular (yo, mí, me, conmigo…); hablar más deprisa, y estrechar la mano con firmeza.
- Pasa más tiempo con los demás (familia, amigos, compañeros)
Esta demostrado que no haber pasado el tiempo suficiente con los amigos y la familia es uno de los principales arrepentimientos que expresa la gente antes de morir. Interactuar con aquellos que nos aprecian y a los que apreciamos revierte positivamente en nuestro estado de ánimo. Daniel Gilbert, profesor de psicología de Harvard así lo confirma «Somos felices cuando tenemos familia y somos felices cuando tenemos amigos, y casi todas las otras cosas que creemos que nos hacen felices son, en realidad, vías para tener más amigos y más familia».
Un estudio realizado por Howard S. Friedman y Leslie R. Martin, detallado en su libro “The Longevity Project”, que las relaciones con los demás son fundamentales para vivir una vida larga y feliz: «El beneficio más claro de las relaciones sociales viene de ayudar a los demás. Aquellos que ayudaban a sus amigos y sus vecinos, aconsejando y cuidando de los demás, tendían a vivir más que el resto».
Al relacionarnos hay más probabilidades de que salgas a la calle con mayor frecuencia. Shawn Achor profesor en la Universidad de Harvard donde imparte clase sobre psicología positiva. recomienda pasar tiempo al aire libre para aumentar la alegría y el buen humor: «Reservar tiempo para estar al aire libre cuando hace buen día proporciona grandes ventajas; un estudio reveló que pasar 20 minutos en la calle cuando hace buen tiempo no sólo propicia el buen humor, sino que desencadena la reflexión y mejora la memoria». Así, aunque sea simplemente dar un paseo reserva unos minutos al día para que te dé el aire.
Miguel A. Rizaldos Lamoca
Psicólogo Clínico. Psicólogo online
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