1 – Al iniciar una conversación, actua con naturalidad, interés y empatía. Al principio debes saludar y presentate (si no hay quien dirija el encuentro). Lo debes hacer con naturalidad. Tienes que mirar a los ojos cuando hablas a otra persona. Debes también señalar las cosas positivas de las otras personas sin resultar “pedante”. El objetivo es que trasmitas una imagen positiva a la persona con la que hablas. Puedes comentar o preguntar por la situación, el motivo que genera el encuentro, la cita. Por último, debes preguntar o hacer algún comentario sobre lo que conoces del interlocutor, sus estudios, sus aficiones, etc. Por encima de todo debes de evitar hablar con ironía o con tópicos negativos: “esto es un rollo, aquí la gente está aburrida…”. No deberías criticar de forma ofensiva a alguien que está en la reunión o en un acto al que asiste el grupo al que pertenecemos. Procura no ser dogmático: “todas las chicas son iguales”. Tratar de no comenzar la conversación con comentarios muy personales. Tampoco debes hablar con voz demasiado alta o muy baja, ni adoptar posturas incorrectas, poco apropiadas.
2 – Al mantener una conversación, debes ser activo, escucha activamente. Tienes que buscar un equilibrio entre hablar y escuchar para que todos los que asisten a la reunión tengan un hueco y puedan intervenir y manifestar sus ideas. Haz señales para demostrar que estas escuchando, y manifiesta con gestos que quieres intervenir. También es muy importante que mantengas el contacto visual. Tu intervención debe estar en relación con el centro de interés de la reunión y no te vayas “por las ramas”. En caso de que quieras cambiar de tema. avisa. Busca una conversación equilibrada y no utilices los monosílabos en tus respuestas.
3 – Olvídate del temor a pedir un favor. Vivimos en un ambiente en el que pensamos que los demás saben lo que nos gusta, lo que necesitamos, en definitiva, lo que nos agrada. Y eso no es siempre así. Hay ocasiones en que te veras en la obligación de pedir un favor y lo tienes que hacer con la confianza puesta en que te van a tratar muy bien, ya que lo pedimos a personas queridas. Tus amigos y familiares te van a atender como es justo y no hay que temer que te nieguen un favor. En caso de ser así seguro que existe una justificación.
4 – Si niegas una petición o un favor a algún amigo, debes explicar el porqué. En relación con la pauta anterior, si has de rehusar una petición tienes la obligación de dar explicaciones razonadas. Pero también tienes que ofrecer alguna alternativa, pues comprendes el motivo que generó la petición de tu amigo. Tienes que distinguir entre los comentarios de las personas que te conocen y las posibles manipulaciones a base de halagos gratuitos (“como eres tan bueno…”, “como tú lo haces tan bien…”), críticas vacías (“nunca te volveré a pedir esto…”, “no te preocupes, que no te volveré a solicitar…”) o los sentimientos de culpa (“no pensaba eso de ti…”, “estoy hecho polvo por lo que me has dicho sobre…”). En estos casos, debes comprender las razones que llevan a nuestros interlocutores a manifestarse así, pero debes mantenerte firme si los planteamientos iniciales que originaron una posible situación de conflicto no han cambiado.
5 – Tienes que aplicar raciocinio, ponderación y mesura ante una crítica. En una crítica no debes leer un ataque. Tu primera reacción es la defensa inmediata a través de otro ataque o de una justificación. Tienes que identificar los aspectos objetivos de la crítica y afrontarlos, tratando de evitar tanto la defensa sistemática como el contraataque sin más.
6 – Debes ser firme al aceptar o rechazar a otras personas. Vivimos en un mundo lleno de paradojas. A veces aguantas estoicamente a las personas que te caen mal o no te caen del todo bien y, sin embargo, te permites el lujo de atacar a quienes más aprecias… ¿será por lo de la confianza?. Debes ser firmes ante estas situaciones, tanto para mantener amistades como para evitar las compañías que no te satisfacen del todo. Para este fin debes utilizar correctamente los comportamientos de acercamiento (sonreír, sostener la mirada, orientar el cuerpo hacia la otra persona y demostrar con palabras nuestro interés por lo que hace o dice, etc.) o de rechazo (hacer y decir de forma educada lo necesario para que la otra persona capte nuestro mensaje de desinterés, respondiendo con monosílabos, mirando hacia otras personas, despidiéndonos con cortesía).
7 – Debes admitir el desconocimiento sobre algo; ¡no hay por qué saber de todo! No es ninguna humillación reconocer que no sabes sobre el tema que se trata en una conversación de amigos. Lo que debes evitar es la arrogancia de quien utiliza expresiones del tipo: “sí, ya lo sabía…”, “a mí me lo vas a decir…”, pese a que sepas de qué va lo que se trata. Es mejor y vas a conseguir mejores resultados si, por el contrario, te interesas por lo que dicen los demás, acompañas con gestos de aprobación y te comportas de una forma humilde aunque, tal vez, sepas más que tus interlocutores. Si, por el contrario, no dominas el tema que se trata, no debes dejarte dominar por pensamientos como “qué van a pensar si digo que no sé…”, “debería saber más sobre lo que están hablando…”. Estos últimos pensamientos únicamente te perjudican.
8 – Tienes que manifestar elegancia y humildad al reconocer tus errores. Ni tú, ni nadie es perfecto y todos cometemos errores que debemos reconocer , porque eso es de personas sanas y maduras. Si sabes pedir disculpas ganas, incluso, prestigio social entre los que te rodean. Si, por el contrario, ocultas los errores, demostraras debilidad (sobre todo si te descubren). Cuando reconoceos un error debes evitar pensamientos negativos como “soy un desastre…”, “todo lo estropeo…”, “no debería haber…”.
9 – Tienes que saber recibir cumplidos. No recurras a la falsa modestia cuando te halaguen o reconozcan una tarea bien hecha. Piensa que los cumplidos son sinceros cuando vienen de parte de personas de tu entorno que sabes que te aprecian. Debes, entonces, agradecer y aceptar la buena valoración por parte de quien hace el cumplido. Lo que debes de hacer al recibir el halagado es dar las gracias y reconocer el gran esfuerzo e interés que has puesto para conseguir el objetivo que valora la otra persona.
10 – Tienes que ir al grano para finalizar una conversación. No hay que alargar más la conversación sin necesidad. En ocasiones habrasvivido conversaciones que te parecían que nunca se acababan. Tienes derecho a elegir y manifestar con toda la claridad tu deseo de finalizar. Por otro lado, destierra los pensamientos que te inducen a pensar que es una grosería o de mala educación interrumpir a quien nos habla; o pensar que tu interlocutor se va a ofender. Únicamente y de forma respetuosa tienes que decir algo así como: “perdone/a que le/te interrumpa pero me tengo que marchar…”.
Miguel A. Rizaldos Lamoca
Psicólogo Clínico. Psicólogo online.
Tratamiento psicológico online
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Me parece oportuno este escrito. Sin embargo en las reglas de cortesìa el contexto es determinante, pues una comunidad o grupo social maneja ciertas conductas que para extraños a ella pueden aparecer como descorteses. A lo que apunto es cada grupo o actores sociales determinan què es o no permitido, aunque existan reglas universales las grupales tambìen cuentan; por lo tanto debe existir flexibilidad ante la conducta de los demas. El respeto se manifiesta de diferentes maneras, es la comunidad, la cultura, sus costumbres grupales quienes dictan la conducta a seguir. Todo se debe al contexto: dònde, cuàndo, quiènes, porquè, etc., se realiza la comunicacion. Las formas de comer, de vestir, de gesticular… varían de unas sociedades a otras; por ello, el conocer distintas culturas brinda las posibilidades de interactuaciòn de una forma más amplia.