En los últimos años han sido muchos los trabajos que han centrado sus esfuerzos en el estudio de la motivación en las personas con esquizofrenia en el contexto de la práctica clínica. En la intervención de las personas que padecen esquizofrenia el trabajo sobre la motivación se hace imprescindible, dados los factores clínicos vinculados a la enfermedad.
La motivación en las personas con esquizofrenia es considerada como un requisito previo de cualquier tratamiento o intervención psicoterapéutica sin al cual la efectividad da la misma se vería mermada.
El modo o la manera de hacer de los profesionales para incrementar la motivación en personas que padecen esquizofrenia debe ser absolutamente permeable.
El paciente, desde el momento en que por primera vez llega a la consulta, ha de encontrar un ambiente agradable y acogedor; ambiente que invite más a quedarse que a irse.
Es importante que los profesionales sepan crear con sus actitudes, una atmósfera de cordialidad y cercanía. Es importante que, en ese ámbito, quien recibe atención perciba que antes que como enfermo se le ve como persona y que se le trata como persona antes que como enfermo.
La cuestión es acercarse a la persona que tiene una enfermedad. La diferencia es sustancial y determinante. Debemos tener cuidado de no caer en la práctica que se caracteriza más por el acompañar que por el facilitar, por el cuidar que por el enseñar, por el entretener que por el capacitar, y el guiar que por el apoyar.
Es a través de la negación anticipada de la posibilidad de rehabilitarse como sujeto autónomo y capaz, como se llega a la despersonalización. Esto repercutirá en nuestra intervención indirectamente perjudicando el desarrollo del tratamiento.
La prevención ha de ser máxima. No basta con buenas intenciones y voluntarismo. Careciendo de principios claros, las actitudes profesionales pueden dirigirse hacia estilos de atención muy poco apropiadas.
Es imprescindible tener buena disposición, por parte de los profesionales, para procurar vías de comunicación, con usuarios y familiares, ágiles y desburocratizadas. Es sabido que tal actitud canaliza con fluidez la necesidad imperativa de informar a los interesados. Uno de los mensajes primordiales a trasladar, es el que se refiere a los objetivos de rehabilitación programados, y a las intervenciones y actuaciones que han de llevarse a cabo para conseguirlos.
Tanto la atmósfera que se respire en la consulta, como el trato que dispensen los profesionales, deberán ser “normales” y normalizadores. Defender que los profesionales adopten un estilo interactivo de inmediación y accesibilidad no conlleva necesariamente, como podría temerse, a que su rol se desdibuje y confunda.
La autoridad profesional tiene que venir del:
- rigor técnico
- saber especializado
- cualificación
Este post es un fragmento del curso online Intervención Psicosocial con personas con Trastorno Mental Grave: Esquizofrenia que impartimos en esta plataforma digital rizaldos.com que puedes iniciar cuando quieras.
Miguel A. Rizaldos Lamoca