En la sección de colaboraciones con otros profesionales hoy os traigo algo que muchos jóvenes quieren estudiar en la actualidad la Criminología. Un psicólogo en la policía, Mentes criminales… ‘made in Spain’
Es para mi un honor presentaros desde esta web a mi compañero de promoción de la Universidad Complutense de Madrid a Juan Enrique Soto, el es Doctor en Psicología. Inspector Jefe de Policía Nacional, Jefe de la Sección de Análisis de Conducta. Un psicólogo en la policía.
Licenciado en Psicología (1990) por la Universidad Complutense de Madrid, Experto en Neurociencias y Diplomado en Ciencias Policiales por la Universidad de Salamanca y Doctor en Psicología (2012) por la Universidad Camilo José Cela.
Miembro de la Policía Nacional desde 1994. En el año 2010 creó y dirige desde entonces la Sección de Análisis de Conducta de la Unidad Central de Inteligencia Criminal, cuya especialidad es la aplicación de los principios de la ciencia de la Psicología a la investigación criminal (Psicología Criminalista).
Os dejo con mi compañero, donde brevemente os explica su andadura profesional y cuales son las funciones como psicólogo en la policía en la unidad de análisis de conducta de la policía nacional que dirige.
Un poquito de historia:
Para hablar de mi trabajo como analista de conducta en la Policía Nacional, necesariamente debo retrotraerme a los comienzos de mi carrera profesional.
Entré en la Policía hace más de veinte años y ya era psicólogo entonces. Tuve la fortuna de que mi primer destino fue un Grupo de Homicidios, por lo que desde el primer caso tuve la oportunidad de aplicar la Psicología a la investigación criminal. Los comienzos, como podéis imaginar, fueron intuitivos, porque no había conocimientos establecidos por aquel entonces. Sí que estaba el FBI trabajando en ello desde los años ochenta, pero aún no tenía repercusión en el exterior en esta materia.
Metodo VERA
Según aprendía por mí mismo, aunque siempre con la enorme ventaja de tener casos reales a los que aplicar lo que iba aprendiendo, me fui dando cuenta de que las posibilidades eran inmensas siempre y cuando lograra controlar los procedimientos. Así es como, poco a poco, la aplicación que tenía en mente se hizo más ordenada, con una idea preconcebida, aunque lejana, y no tanto ensayo y error a ver qué pasaba. Fruto de esa sistemática nació el germen de un Método que, para llevarlo a sus últimas consecuencias, quise convertir en una tesis doctoral. Doce años después, pude defender esa tesis, dando lugar al ahora denominado Método VERA, una técnica que pretende sistematizar el proceso lógico que elabora hipótesis a partir de datos. Lo original es que estos datos no tienen por qué ser solo indicios físicos, sino también comportamientos. Hoy por hoy, el Método VERA (Pirámide, 2017, 2ª ed.) se estudia en los programas de Criminología de universidades de España y Latinoamérica, es aplicado por policías de otros países, como Rumanía o Costa Rica y está abriéndose camino en disciplinas tan distintas como la Psiquiatría o la Inteligencia Artificial, además de su uso sistemático como herramienta de investigación criminal
Coloquialmente, a la realización de un perfil psicológico de un agresor desconocido le llamamos “hacer un VERA”.
Sección de Análisis de Conducta en Policía Nacional
Hubo un hito en 2010 que lo precipitó todo y para bien, como fue la creación ese año de la Sección de Análisis de Conducta en Policía Nacional, sección que tengo el verdadero privilegio de dirigir desde el primer día. Me acompañan en esta aventura otros cuatro psicólogos, un equipo magnífico, con un talento increíble y un potencial aún por explotar, lleno de entusiasmo y pasión por su trabajo. No paramos de ponernos nuevas metas y lanzarnos a desafíos cada vez más difíciles.
Así trabajan los cazadores de mentes criminales en España
- ¿Qué es lo que hacemos? Aplicar la Psicología a la investigación criminal.
- ¿Y esto qué significa? Pues ni más ni menos que observamos el comportamiento de los intervinientes en un delito según las fuentes disponibles. A veces hay vídeos, a veces solo audio, a veces, solo la escena del delito, depende de cada caso.
- En un caso típico, los analistas de conducta seríamos capaces de ofrecer asistencia al investigador policial desde el inicio mismo de las pesquisas, analizando la llamada telefónica a los servicios de emergencia dando conocimiento del hecho, realizando la inspección ocular, elaborando el perfil psicológico del agresor desconocido, o un contraperfil si es que hay un sospechoso identificado. También asesoraríamos sobre la mejor manera de detener a ese sospechoso y prepararíamos su interrogatorio que, además, grabaríamos en vídeo para un análisis exhaustivo fotograma a fotograma si es preciso. Haríamos entradas y registro y reconstrucciones de delitos y de todo ello redactamos informes que ya son considerados normalmente como periciales por la autoridad judicial, por lo que los defendemos en el juicio oral. Intervenimos pues en todo el proceso investigador, generando sugerencias de investigación que pueden hacer avanzar ésta. Es una herramienta más que, poco a poco, se consolida y cada vez son más casos en los que participamos, muchos de ellos de gran complejidad. Al fin y al cabo, son casos que no terminan de esclarecerse o que tienen alguna particularidad que les hace diferentes.
Pasión por la psicología de un psicólogo en la policía
La pasión que hay detrás es la comprensión del comportamiento humano. En mi caso, en una parcela con frecuencia cruel y dolorosa, como es la de la investigación criminal, donde siempre hay personas que sufren por la acción, a menudo caprichosa, siempre injusta, de otros. Es un campo de estudio fascinante y procuro compartir lo poco o mucho que consigo aprender y las preguntas que no dejo de formularme con alumnos universitarios de Psicología, Criminología o Derecho. Fruto de ello son numerosas conferencias, seminarios, grados o másteres en los que participo; ensayos como “Humillación y Agonía, análisis psicológico de las ejecuciones del DAESH” (Behavior & Law Ediciones, 2017) y, recientemente mi novela “El Museo del Olvido” (Baile del Sol, 2018) que, aunque es mi cuarta novela, es la primera en la que plasmo con todo el rigor metodológico, pero dramatizado, lo que sé sobre la investigación psicológica del delito.
En fin, no dejo de sentirme abrumado y asombrado por tener la oportunidad de trabajar en lo que me apasiona y, sobre todo, poderlo compartir, que no es ni más ni menos que lo mismo que le pasa a Miguel Ángel, aunque no hace falta ser un experto en análisis de conducta para apreciarlo.
Me ha parecido, simplemente, fascinante. ¿Cuál sería la vía para poder formar parte de la Sección de Análisis de la Conducta?
¡Muchas gracias!
Un artículo genial. Me atrae mucho ese área de trabajo. Gracias por compartir!